sábado, 1 de febrero de 2014

-No sé qué puedo decirte, de verdad que no lo sé.
-Siempre has tenido algo que decir en todo momento, y está vez no va a ser para menos, quieres insultarme, recordarme el bastardo hijo de puta que soy por destrozar todo lo que me rodea en un radio de 100 metros, por hacerte daño a ti y romper tu vida. Vamos, desahógate, aprovecha que ahora no puedo salir huyendo.
-Ojalá fuera tan fácil, una parte de mí te escupiría y saldría de tu vida para siempre, cambiaría de ciudad, de trabajo, de vida, simplemente para hacer como si nunca hubiera pasado, pero la otra…-Busqué su mano entre las sábanas- La otra quiere tumbarse a tu lado, abrazarte, llorar, dejar el pasado como un simple día malo.
-Y, ¿A qué Katie vas a dejar hablar primero?
-No lo sé Thomas, y ahora que sé que estás vivo, me voy a ir, porque no quiero seguir viviendo una mentira, me marcharé un tiempo, a donde sea.
Asintió levemente con la cabeza y observó cómo recogía mi cazadora y me quedaba de pie al lado de la puerta.
-Lo siento Tom, tal vez esperabas que todo fuera diferente, que estuviera llorando al lado de la cama hasta que salieras del hospital, pero he perdido ya tantas cosas en la vida, que no sé si estoy dispuesta a perder también la cabeza.