jueves, 26 de enero de 2012



Puedo soportar la lluvia que cae sobre el techo de esta casa vacía, eso no me molesta.
Puedo soportar algunas lágrimas de vez en cuando y dejarlas salir, no tengo miedo de llorar de vez en cuando aunque seguir sin ti me está afectando.
Hay días en los que finjo estar bien pero no lo consigo.

Lo que más duele fue estar tan cerca y tener tanto que decir y verte marchar, sin saber jamás lo que pudo haber sido y sin darte cuenta de que amarte era lo que intentaba hacer.

Es duro cargar con el dolor de perderte a donde sea que vaya, pero lo estoy haciendo.
Es duro forzar esta sonrisa cuando veo a nuestros viejos amigos y yo estoy solo, aún más duro.
Levantarme, vestirme, vivir con este arrepentimiento, pero sé que si pudiera volver atrás, cambiaría, te entregaría todas las palabras que guardé en mi corazón que dejé sin decir.




viernes, 13 de enero de 2012

Desgarrándose la ropa para recibir dones físicos que reportaban dinero sucio. Su piel marcada de las cicatrices del deseo impuro contaba la historia de una princesa sin castillo ni sueños. Voz rota y pensamientos impedidos. Decidió que era hora de lanzarse al vacío.
Donde poder mirar al espejo su propio cuerpo desnudo magullado por la vida, marcas rojas, moradas, verdosas cuando se están eliminando... Nuestro cuerpo está preparado para olvidar el pasado pero nuestra mente lo guarda todo en archivos infinitos, una de las razones por las que depende de mierdas ilegales pero placenteras.




Caridad Millán y Marta González