-¿Qué buscas?-Me sonrió, se acercó temerosa y
dejó su mano en la mejilla- No creo que yo sea la mejor meta para una persona.
-Nadie elige las metas, ellas aparecen en nuestro camino…
No contesté, le mantuve la mirada hasta que noté que su
sonrisa dejó de contagiar sus ojos y se mordía el labio temerosa de lo que pudiera llegar a decirle.
-Todo es distinto si la meta desaparece igual que
aparece, un día, sin ser esperado…- dijo
-¿Qué pasaría si desapareciera esa meta? ¿Qué harías?
-Sigues siendo mi meta, aunque te quieras ir de mi camino
-No estoy al final de tu camino, estoy a tu lado si
quieres que sea tu acompañante…
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