domingo, 30 de diciembre de 2012


—Tienes el barco, eso lo entiendo, y el piso en Nueva York por cosas de negocios, pero ¿por qué esta
casa? Hasta ahora no tenías a nadie con quien compartirla.
Se queda quieto y en silencio unos segundos.
—Te estaba esperando a ti —Dice en voz baja.


No hay comentarios:

Publicar un comentario