viernes, 4 de noviembre de 2011

-Te arrepentirás, lo sé.- Mi otra mano acarició su cara lentamente sintiendo la frialdad de su piel. Ese contacto era mi punto de unión con él. Me pasaría horas, días, meses, años, la eternidad en esa postura.- Llorarás y volverás a odiarme.- ¿Odiarlo? Nunca lo había hecho realmente. El odio es algo que permanece y no se borra, pase lo que pase. Lo odiaba, claro que lo hacía, pero no se podía llamar "odio" a algo que estaba tan arraigado con un sentimiento mucho más fuerte.




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