viernes, 4 de noviembre de 2011


Tengo miedo, demasiado miedo para dormir cada noche, la cabeza me bombardea con imágenes que me empiezo a cuestionar si tan siquiera son verdad. La habitación completamente a oscuras, no salgo de ella y tan solo me recorren tinieblas por la mente y la única cosa que anhelo es que la oscuridad me abrace, de la misma manera que abrazó a mi hermano hace tan solo varias semanas. La gente me mira como si fuera yo el que acababa de morir, pero no los culpo mi aspecto no es mucho mejor del que podía tener mi hermano minutos antes de cerrar la cremallera de una bolsa de plástico.

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